domingo, 27 de junio de 2010

Arte en los campos de concentración



Terenzín, además de ser una población de la República Checa, fue durante muchos años un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Fue conocida como “La sala de espera del infierno”.

La población de Terenzín, fue utilizada como ghetto judío, durante la Segunda Guerra Mundial y la fortaleza como campo de concentración. Después de la guerra, la fortaleza sirvió para el uso militar y fue abandonada en 1996. Cerca de dicha fortaleza, encontramos un cementerio, donde muchos cadáveres, desgraciadamente no pudieron ser identificados. Terenzín, además, tenía unos túneles subterráneos.

La noche del 5 de diciembre de 1944, los presos se quedaron sin vigilancia alguna, ya que los generales alemanes junto a sus familiares, estaban en una fiesta. Sólo un preso pudo escaparse.

Terenzín debía aparentar para el mundo exterior que era una colonía judía modelo, incluso se rodó la película “El Führer regala una cuidad a los judíos” para transmitir esa sensación.
En este campo de concentración, Friedl Dicker Brandeis se dedicó al arte y a la pintura. Esta artista, antes de marcharse al patíbulo, rescató miles de dibujos que más tarde servirían como prueba en Nuremberg sobre la barbarie sufrida en el campo de concentración.
Friedl Dicker hizo que los niños dibujando, recordaran la vida que sufrían en los campos de concentración.
Más adelante, os dejo algunos dibujos que hicieron niños:

Ella Liebermann, de 16 años. Se muestra a una mujer judía (por la estrella de David que tiene donde pone Jude) que le arrebatan a su hijo. Gueto de Bedzin. Polonia.


Ella Liebermann, de 16 años. El primer dibujo muestra a tres grupos comiendo sopa y el segundo muestra como era el reparto de sopa. Gueto de Bedzin. Polonia.


Alfred Kantor, de 17 años. Donde se observa a un preso al lado de una alambrada. Su autor escribió en alemán: “Tocar la alambrada significaba la muerte instantánea. Aún así, la gente compartía pan, una sonrisa, una lágrima…” Terezín.


Helga Weissova, de 13 años. En el dibujo, se muestra como los presos, obligados por los alemanes, recortaban las literas para que el barracón pareciese más espacioso. Su fin era engañar a la Cruz Roja en las inspecciones que hacían en el campo de concentración. Terezín.

Este último dibujo y el más impresionante para mí de todos los que he visto, lo realizó Yehuda Bacon, de 16 años, que al salir de Terezín, dibujó el retrato de su padre que murió en las cámaras de gas y más tarde fue quemado en Auschwitz. El retrato surge de la chimenea como si de humo se tratase.


Perdonen por los dibujos que están mal situados, es que tengo problemas para cambiarlas desde hace una semana.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

la cruz roja, la iglesia, cualquiera a la cual Alemania permitiese una inspección en un campo de concentración o cualquier otra institución nazi siempre han estado apoyando las masacres que Hitler hacía a los judíos.
Fue una vergüenza en la historia mundial de la que espero que todo el mundo aprehenda de la historia, y que esto nunca se olvide y siempre se recuerde.
un saludo, y aunque lleve ya tiempo viendo tu blog, este es mi primer comentario, decirte que esta muy bien editado y informas de una manera muy objetiva.
Simplemente darte mi enhorabuena por tu blog.

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