jueves, 22 de abril de 2010

La vida de Ana Frank II

Los escondidos se preocupan por si los encuentran y por ello, el padre de Bep Voskuijl fabrica una estantería giratoria que haría la función de puerta.

Más tarde se sumaría en el escondite un octavo miembro, Fritz Pfeffer, un dentista conocido que tendría que compartir con Ana el cuarto. Fritz cuenta que los nazis mandan a los judíos detenidos a campos de concentración. Ana Frank, al respecto, escribe:


"Todo lo que nos cuenta es triste. A muchísimos de nuestros amigos y conocidos se los han llevado a un horrible destino. Noche tras noche pasan los coches militares verdes y grises. Llaman a todas las puertas, preguntando si allí viven judíos. En caso afirmativo, se llevan en el acto a toda la familia. En caso negativo continúan su recorrido. Nadie se escapa a esta suerte, a no ser que se esconda. No respetan a nadie: ancianos, niños, bebés, mujeres embarazadas, enfermos, todos sin excepción marchan camino de la muerte" 19 de Noviembre de 1942.

Todos critican a Ana hasta el recién llegado, y ella se refugia en su diario.

A principios de 1943, todos los judíos que vivían en Holanda eran deportados a campos de concentración, y los ataques aéreos no cesan. Ana está aterrorizada cuando escucha a los aviones.

Ana poco a poco va descubriendo que le encanta escribir, pero no sólo en su diario, sino también cuentos. Escribió uno llamado "La mejor mesa", que trataba de las disputas que tenía con Fritz con la mesa, ya que él la necesitaba para estudiar y ella para escribir.

Una noche, los escondidos escuchan unos ruidos que vienen de fuera de la casa de atrás pero que se van acercando. Por miedo a ser descubiertos, se quedan inmóviles, y más tarde se dan cuenta de que fueron unos ladrones, como la gente no tiene dinero para comprar comida, ropa, tienen que salir a robar por las noches. El miedo aumenta más, cuando un hombre viene a trabajar a la empresa de Otto, ya que se dedica a preguntar mucho sobre la casa de atrás, y no es de fiar.


Ana Frank se lleva mejor con su madre que antes e incluso se asombra de haber escrito cosas feas sobre ella. Ana ha cambiado mucho y se preocupa por muchas cosas, por ello pasa casi todo el tiempo con Peter van Pels, de quién se está sintiendo atraída.

"¿Existe en el mundo algo más hermoso que estar sentada delante de una ventana abierta en los brazos de un chico al que quieres, oyendo a los pájaros cantar y sientiendo como el sol te acaricia las mejillas?" 19 de Abril de 1944

Un día, escuchan por la radio que Normandía (Francia) han preparado tropas para liberar a la Europa ocupada. Todos se alegran y piensan que el fin de la guerra está a punto a aparecer.

El 12 de junio de 1944 se celebra el cumpleaños de Ana Frank, el segundo que pasa dentro de la casa de atrás.

El 1 de agosto de 1944, es el último día en el que Ana escribe, y el 4 de ese mismo mes y mismo año, los escondidos son delatados. La policía los han encontrado y los obligan a tener las manos en alto y que hagan las maletas, que se van. Mientras los escondidos y algunos protectores de ellos están presos, Miep Gies y Bep Voskuijl tratan de rescatar algunas perteniencias de los escondidos, entre ellas, el diario de Ana Frank.

El 8 de agosto, los escondidos son deportados a Westerbork y nada más llegar, los inscriben y los separan.

En septiembre, aparecen en las listas los nombres de los deportados hacia campos de concentración, y aparecían los nombres de los ocho que estuvieron escondidos en la casa de atrás. Cuando llegan a Auschwitz, los médicos nazis dividen a los detenidos, por un lado los hombres y por otro las mujeres. A las mujeres mayores y a las que tienen niños pequeños, las llevan directamente hacia las cámaras de gas, de las que saldrían muertas. Después se encargan en llevar a los cadáveres a los crematorios.

La vida en el campo era terrible, los presos dormían en barracones y durante el día debían transportar piedras grandes y pesadas. Los nazis les daban muy poco para comer, un poco de sopa, pan y a veces un poco de margarina, y por ello, muchos caían enfermos.

El padre de Peter van Pels, Hermann, muere en las cámaras de gas, debido a que no podía trabajar. Fritz Pfeffer es deportado al campo de Neuengamme, cerca de Hamburgo, donde trabaja más y come menos, por ello, morirá pronto.

Mientras los deportados sufren la vida tan terrorífica en los campos de concentración, las tropas rusas obligan a los alemanes a retroceder y entonces deciden enviar a las mujeres a Alemania, donde serán examinadas por los médicos nazis.

Ana y Margot son enviadas a Bergen-Belsen y más tarde enviarán al mismo campo a Auguste van Pels, madre de Peter. Edith, aún en Auschwitz, muere debido a una enfermedad en 1945.

El ejército ruso acorralan cada vez más a los alemanes, que quieren desalojar el campo de concentración de Auschwitz para no dejar pruebas de los crímenes que cometieron. El 27 de enero de 1945, los rusos liberan a todos los prisioneros, entre ellos, Otto Frank.

A Peter van Pels, los alemanes lo envían junto a más presos sanos al campo de Mauthausen, donde muere enfermo el mismo día de la liberación de Holanda.

Auuguste van Pels muere en el campo de Buchenwald y Ana y Margot caen enfermas y mueren en marzo de 1945.

Unas semanas más tarde, los británicos liberan el campo de Bergen-Belsen y obligan a los antiguos guardianes a sepultar a los muertos, para que no se propagasen las enfermedades.

Otto, con esperanzas de encontrarse con sus hijas y su mujer se dirige a Amsterdam donde le cuenta una mujer que habia estado con Edith y que había muerto enferma. Más tarde sabe noticias de los que protegieron a los escondidos, y estaban todos vivos y entre ellos creen que el que contó que estaban escondidos en la casa de atrás fue Willem van Maaren, el hombre que trabajaba en la empresa, ya que preguntaba mucho por la casa de atrás.

Otto más tarde, cansado de escribir en periódicos para buscar a sus hijas, se entera por la amiga de Ana Frank que sus hijas habían muerto en la cama enfermas.

Miep Gies le entrega, después de la guerra, a Otto el diario de su hija, que más tarde publicará. Otto Frank contó más tarde:

"Empecé a leer lentamente, algunas páginas por día, me era imposible leer más, me vi inundado por tristes recuerdos. Ante mi surgió una Ana muy distinta de la hija que había perdido. No tenía ni idea de la profundidad de sus pensamientos y sentimientos; de que Ana hubiera ahondado tanto en el problema y la importancia del sufrimiento judío a través de los siglos, de que había sacado tantas fuerzas de su fe en Dios, todo eso fue una sorpresa para mí. ¿Cómo podía yo saber que el castaño era tan importante para ella, que nunca se había interesado por la naturaleza?. Todos esos sentimientos se los había guardado para sí. También leí lo importante que había sido para ella su relación con Peter".


Resumenes realizados por mí del libro "La historia de Ana Frank".

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